La ballena franca

La especie que capturaban los pescadores del Cantábrico era la ballena franca (Eubalaena Glacialis), que durante los meses de invierno se desplazaba cerca de nuestras costas. También se le llama ballena vasca, porque fueron muy abundantes en el Golfo de Vizcaya, y los marineros vascos fueron grandes balleneros.

Fíjate en el mapa. La zona azul es donde habita este tipo de ballena:

Como ves, habita en todo el Atlántico Norte. Mide entre 15 y 18 m de longitud, y puede pesar hasta 70 toneladas. Pertenece al grupo de los misticetos, es decir, a los cetáceos que tienen barbas en lugar de dientes. Se la reconoce por la curva que forma la boca y por las barbas. Las barbas miden más de 3 m.

Escucha el sonido de la ballena franca:

 

En la cabeza tiene unas callosidades formadas por bálanos, que son unos pequeños crustáceos que viven pegados a la ballena. Son diferentes en cada individuo. También tiene una mancha blanca en el vientre.

En la cabeza tiene dos espiráculos, por donde expulsa un chorro doble de vapor de agua. No tienen aleta dorsal, solo las pectorales y la caudal en la cola.

 

Las ballenas francas se alimentan de krill, pequeños animales marinos que viven en las zonas árticas, y que se filtran a través de las barbas de las ballenas.

Puede tener crías a partir de los nueve años de vida. Y puede tener una cría cada tres años, aproximadamente. Pero es una especie bastante amenazada, por eso están protegidas.  Muchas ballenas francas mueren por choques con barcos mercantes.

Este tipo de cetáceos eran muy apreciados por los pescadores, por su gruesa capa de grasa, y porque eran los más fáciles de cazar, ya que al morir suben a la superficie y flotan de espaldas o de costado. Esto facilita el remolque y el arrastre hasta el puerto, en este caso, la playa de La Ribera.

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